jueves, 22 de abril de 2010
"NOTAS DESDE EL EXILIO" EN EL PERIÓDICO
Desde el pasado viernes 23 de abril, comencé a publicar mi columna NOTAS DESDE EL EXILIO en el periódico El Venezolano (edición Costa Rica).
Es un honor poder contar con una vitrina como esta para continuar dando la batalla por una Venezuela digna. Le agradezco a la gente de El Venezolano, a Ingrid y a todo el equipo directivo y editorial, haberme ofrecido esta valiosa oportunidad.
Ahí nos veremos...
(Eduardo Velasco)
SÍ, SEÑOR MARCIANO...DEMASIADO RIDÍCULO!!!
El señor Marciano, columnista que escribe la "Piedra de Tranca", se atreve a pasar frente al ridículo diciendo que la oposición venezolana no admite lo grandioso del desfile militar del 19 de abril, afirmando además que tanta grandeza fue "demasiado" para los venezolanos decentes.
Es increíble la capacidad de desvergüenza que tienen estos socialistas del siglo XXI. El pasado 19 de abril fue una demostración de que Chávez tiene un ego que va más allá de una proporción exagerada (como cualquier dictador que la historia haya dado a conocer).
El pasado 19 de abril fue una demostración de exclusión para una mayoría de venezolanos que dejaron de comprender el verdadero significado de esa celebración ante semejante show partidista.
El pasado 19 de abril fue una demostración de miedo por parte del régimen, que a la espera constante de un atentado sólo quiere demostrarle al mundo que tiene quien lo defienda.
Y lo más evidente, el pasado 19 de abril fue una demostración de que los presidentuchos socialistoides de la región (los únicos invitados, o tal vez, los únicos que aceptaron la invitación) no tienen absolutamente nada que hacer en sus países, ya que fueron capaces de flanquear las nalgas del dictador venezolano durante horas de horas...y en cadena!
Está bien jalar bolas, pero...¿tanto?
Tiene razón el señor Marciano, en su "Piedra de Tranca" cuando afirma que para los venezolanos opositores, el desfile del 19-A fue "demasiado".
Sí...DEMASIADO RIDÍCULO.
CON TIROFIJO EN LA FRONTERA, SIGUE LA GUERRA SICOLÓGICA
El régimen venezolano, en la figura de su (por ahora) dictador, arremete de nuevo contra la dignidad de los colombianos, esta vez (y no es la primera) por medio de la provocación. Esa provocación de muy bajo costo, tan propia de los matoncitos de barrio que salen corriendo a la menor amenaza.
Nada más original se le ocurrió a Chávez que mandar a erigir (nuevamente, pero esta vez en la frontera con Colombia) una efigie del extinto guerrillero Marulanda (alias "Tirofijo"). Pero por si fuera poco, este asesino a quien se le rinde tanto tributo desde las bancadas oficialistas venezolanas, comparte esta vez espacio con el Che, con Fidel y con Simón Bolívar.
Esa eterna provocación del caudillo a los colombianos, no es otra cosa que una forma de guerra permanente que, aún sin balas, busca sacar de sus casillas al gobierno vecino, que por suerte para todos ha demostrado ser ecuánime y maduro.
Esta es una guerra barata, señor Chávez. Pero no olvide que al final, siempre, lo barato sale caro.
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