El próximo mes de septiembre, como todos sabemos, se llevarán a cabo las elecciones para los miembros de la Asamblea Nacional. La selección de candidatos, tanto del lado oficialista como del opositor, ya se realizó, y las cartas están echadas a la espera de tan ansiado acontecimiento.
Mientras, y con el grito inspirador de
"mata a ese gringo" el dictador ordenó un intensivo entrenamiento a sus milicias, como para marcar la cancha y exigir el respeto que la revolución merece, por supuesto, ante el inevitable miedo de que las cosas no salgan como él tiene previsto.
Claro que siempre está el recurso de la trampa que con tanta destreza ha desarrollado el régimen. Pero por si las moscas, un apoyo de estos ciudadanos prestos a defender el proceso no está de más, aunque se corra el riesgo más que obvio de provocar una guerra civil.
¿Será que eso es lo que anda buscando el caudillo para justificar de una vez por todas un dominio territorial e idelógico absoluto?
