La OEA, como ente internacional, sirve menos que un tenedor para tomar sopa. Sin embargo, lejos de buscar a alguien que realmente pueda liderar esa inutilidad, y buscar mejores caminos para al menos servir de algo, los miembros de la mencionada entidad reeligen a Insulza como su Secretario General.
Una oda a la incapacidad y al descaro...un canto épico a la brutalidad más explícita. Eso es el señor Insulza en el cargo para el cual le permiten la indiscreción de su reincicidencia.
Un tipo que a todas luces se maneja por los intereses más volubles de los sectores menos convenientes al continente; que en pleno proceso de compras compulsivas de armas en latinoamérica es capaz de decir una y otra vez que no existe una carrera armamentista en el continente; que no contribuyó en nada a la resolución del conflicto en Honduras, y que por el contrario atentó abiertamente contra un proceso de dignidad y valentía único en las últimas décadas...
Un tipo así, la verdad, es que no serviría ni tan siquiera para dirigir una junta de condominio, y sin embargo, la Comunidad Internacional decidió su reelección, reafirmando así su evidente falta de interés porque prevalezcan la decencia y la sensatez en América Latina.
Pero bueno...¿Quién dijo que la OEA tenía que servir para algo?
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