Si hace 15 o 16 años nos hubieran dicho a los venezolanos que el país iba a necesitar que Colombia nos diera electricidad, hubiéramos buscado de inmediato la cámara escondida, porque con toda seguridad se trataba de una broma.
Hoy, ese es el triste escenario de Venezuela. Coincidencialmente, algunos años después de la nacionalización de ese vital servicio, hoy los venezolanos nos encontramos ante la necesidad de fuertes recortes de luz, y al borde de un verdadero caos energético que nos obliga a recibir parte del servicio de nuestros permanentemente insultados vecinos.
El régimen le echa la culpa la "fenómeno del niño". Claro, el camino más fácil es echarle la culpa a alguien, como siempre. Pero...¿dónde estarán todos los equipos que la Electricidad de Caracas tenía para expandir su capacidad de servicio eléctrico? Ya está confirmado que tales equipos fueron regalados a Cuba, a Nicaragua...y algunos se dejaron tirados en el abandono.
Otra pregunta importante para el dictador: ¿Alguno de los ineptos que puso a trabajar en la otrora eficiente EDC, sabe algo de electricidad? Y por último...el mantenimiento: ¿Se le hizo a los equipos en operación el mantenimiento que necesitaban y que simpre habían recibido?
Aquí el problema es que el caudillo y su comitiva de ineptos, creen que basta con enseñar su índice en la dirección que se les antoje, y apoderarse de las cosas (por las buenas o por las malas) sin importar ninguna consecuencia.
La culpa es clara: efectivamente hay que echársela a un "fenómeno". Un fenómeno que desde hace 11 años se está adueñando de todo y está dejando al pueblo como dueño de nada.
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