Parece que la sensatez está llegando a la Mesa de la Unidad, y han comenzado a comprender que el objetivo es Venezuela.
Por fin el señor Julio Borges se dió cuenta de su debilidad en Miranda ante Enrique Mendoza, y antepuso los intereses del país a los propios cediéndole su puesto a quien lleva las de ganar en esa entidad.
Eso es encomiable, tanto como que los opositores ya se dieron cuenta de quién es verdaderamente el enemigo a derrotar.
Suerte el 26 S.
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