sábado, 3 de abril de 2010

EL CURA TIENE RAZÓN (por Eduardo Velasco)


A pesar de los desencuentros que la Iglesia y este servidor hemos tenido y seguimos teniendo en cuanto a la moralidad ficticia, que comienza con un sermón de buenas costumbres y termina con la violación de menores en la oscuridad de alguna sacra habitación, he de reconocer que en algunos puntos de carácter más social y político que emocional e ideológico tenemos importantes coincidencias.
Ya mencioné en ediciones pasadas, mi total acuerdo con los obispos venezolanos que, aunque algo tarde, se pronunciaron preocupados por el modelo marxista que Chávez viene instaurando en el país desde hace al menos 9 años.
Hoy leí con interés las declaraciones del arzobispo de la ciudad colombiana de Tunja, monseñor Luis Augusto Castro, quien define como "desastrosa" la intención del dictador venezolano de construir una planta nuclear "con fines pacíficos".
Emulando a su amigo iraní, Chávez se enfrentará a todos los vientos y todas las mareas para darle a Venezuela la fatídica oportunidad de entrar por la puerta equivocada en el mundo nuclear.
Lo desastroso que esto resulta para monseñor Castro, es el peligro aparentemente inevitable de que el dictador haga y deshaga (sobre todo esto último) a su antojo en un continente que apartando vergonzosas excepciones, va lentamente encaminado a un tipo de desarrollo tal vez más interesante que el que exhiben los países del mal llamado Primer Mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario