lunes, 22 de febrero de 2010

DIOSDADO SALIÓ EN DEFENSA DE SUS BOLAS…


Diosdado Cabello, en el programa de José Vicente Rangel, el espacio más adulador del régimen y del dictador, de alguna manera emplazó a Ravell, en un reto solapado y amenazante, ante la duda que este último generara sobre la existencia de bolas en la entrepierna del ministro al momento de cerrar (o mejor dicho, de no atreverse a cerrar) Globovisión.
Ahí, Cabello exhibió la cara de un macho adolorido ante tal expresión pública, y con esa sonrisa de quien tiene la trampa de su lado (y eventualmente el juego ganado), se quedó a la espera de un salvavidas que José Vicente le echó de inmediato, para que el “hombre recio” de la revolución, no quedara aún más en ridículo.
Lo cierto, Diosdado, es que ni tú ni ninguno de esos personajes de fábula que acompañan en sus delirios al caudillo, tienen esos dos implementos que mencionara Ravell. Las bolas, escondidas tras el poder abusivo y las armas, no son bolas, sino adornos de un hombre a todas luces cobarde…
¿O no te acuerdas que el primero que salió a refugiarse en la embajada de Cuba aquel 11 de abril, fuiste tú? ¿Recuerdas…que no apareciste sino cuando tu amo ya estaba en camino a Miraflores?
¿Dónde estaban tus bolas en ese momento que te quedaste sin guardaespaldas y sin pistolitas?

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