Como a Chávez le ha resultado prácticamente imposible conseguir un enemigo oficial para provocar una guerra, ahora encuentra en Las Malvinas una nueva excusa para buscarle pelea, nada más y nada menos que a Inglaterra, exigiéndole a la Reina que devuelva lo que no es de ella.
Este eslabón perdido de la evolución humana, que tuvo el desatino histórico de toparse con la oportunidad de “gobernar” a Venezuela…¿Sabrá realmente el tamaño de los enemigos con que se mete? ¿Logrará dimensionar el ridículo al que se expone constantemente, y por retruque, al que expone a todos los venezolanos?
Para mí, padece del síndrome del Chiguagua: ladra y ladra como una fiera, a sabiendas de que por lástima, nadie le va a pegar el mordisco que se merece.
Mordisco con el que, claro está y Dios mediante… desaparecería de inmediato.
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